Llegando a Sarria…

El Camino Francés transcurre por tierras de Sarria en su segunda etapa Triacastela-Sarria. Dos son las opciones que se nos presentan para llegar a la villa: a través de Furela (el camino Xacobeo propiamente dicho), o desviándonos por Samos. La primera de las rutas nos permitirá contemplar la mezcla entre el cromatismo natural de sus tierras y la riqueza artística del entorno. Furela, Calvor, San Mamede, Carballal y Vigo serán puntos de paso obligados en medio de bosques y sendas naturales de gran belleza. La segunda de las opciones es el tramo meridional que consta de 15 kilómetros.

Desde Triacastela seguiremos el trazado de la carretera hasta llegar a San Cristovo do Real; poco más allá Lusío con su casa fuerte, Renche, San Martño do Real y Samos. Antes de construirse la actual carretera que une Samos con Sarria a través de Foxos, Teiguín, Frollais, Fontao y Vilasante.

Saliendo de Sarria…

Etapa Sarria – Portomarín

Desde Sarria se sale por el Barrio de San Lázaro para dejar atrás el caserío de Vilei y llegar a Barbadelo; después se pasa por Rente y Xisto, cuyo nombre en gallego significa pizarra, el material base de la construcción de la Galicia rural. Sigue luego una serie de entrañables aldeas como Domiz, Leimán, Peruscallo, Cortiñas, Lavandeira, Casal y Brea.

Entre este último pueblo y Ferreiros se encuentra el mojón que indica que restan 100 kilómetros hasta Santiago. A continuación vienen Mirallos, Pena, Couto, Moimentos, Mercadoiro, Moutras, Parrocha y Vilachá. Al sur de esta última localidad tuvo su emplazamiento el monasterio de Santa María de Loyo, lugar donde nació la Orden de Santiago, doce caballeros que en 1170 se juraron proteger a los peregrinos de los asaltos. El Miño y su embalse de Belesar nos indica que estamos en el nuevo Portomarín, el viejo descansa bajo las aguas del Miño.

Esta etapa tiene prácticamente de todo, y el peregrino estará entretenido. A lo largo de los 22 kilómetros que tiene, el itinerario se cubre por camino bueno, tramos muy embarrados, descensos fuertes, pendientes suaves… Además, se cruza la vía del tren, varios ríos, estupendos paisajes, puentes sobre el precioso embalse de Belesar… Si, a todo esto, le sumamos que el perfil no reviste ninguna complicación y que se pasa por el mojón número 100, esta etapa puede ser realmente llevadera.

Etapa Portomarín – Palas de Rei

Los canteros introdujeron en los hórreos el barroco. La cámara, que guarda las mazorcas de maíz protegiéndolas de los roedores, está aislada de la humedad por los voladizos y es aireada por los pasaventos (ranuras horizontales o verticales). En el techo se suelen instalar cruces y remates.

En Castromaior se hallan las ruinas del castro que dan nombre al pueblo. Dejamos atrás Ventas de Narón, Prebisa, Lameiros y llegamos a Ligonde, antiguo e importante enclave Xacobeo. Tras el paso por Eirexe y Portos, y algo apartado de la ruta, se encuentra Vilar de Donas, donde se encuentra la más valiosa de las más de veinte pequeñas iglesias románicas del municipio de Palas de Rei: la Iglesia del Salvador con una portada de gran belleza con unas arquivoltas de gran riqueza iconográfica. Ya de nuevo en la ruta se llega a Lestedo, Valos, Brea y el alto do Rosario.

La tónica general de esta etapa es el ascenso, ya que de los 24 kilómetros 20 son en subida. Pero cuenta con un suelo favorable. Esta jornada arranca con una fuerte subida nada más salir de Portomarín, lo que permite hacerse una idea de cómo va a ser el resto. Esta primera pendiente se encuentra rodeada por un arbolado que, a pesar del esfuerzo al que obliga la cuesta, la hace muy agradable.

Etapa Palas de Rei – Arzúa

Tras salir de Palas de Rei por el Campo dos Romeiros se llega a San Xulián

Alli nos encontraremos con La iglesia de San Xulián do Camiño, románica del siglo XII. Al sur de la ruta se encuentran Los Pazos de Ulloa de la novela de Emilia Pardo Bazán y el magnífico castillo de Pambre. Tras Porto de Bois se llega a Coto donde se deja la provincia de Lugo y se entra en A Coruña por Cornixa y Leoboreiro. Para llegar a Furelos hay que cruzar la magnífica ponte velha, puente medieval de cuatro ojos, el caserío también conserva cierto aire medieval.

En Melide se unen la ruta de la costa con la rura francesa. Cerca de A Peroxa se encuentra la capilla de Rocamador, luego vendrán Boente y su bonita imagen de Santiago, Castañeda, donde debían estar los hornos en los que se preparaba la cal para la construcción de la catedral de Compostela, Ribadiso y el final de la penúltima etapa del Camino de Santiago: Arzúa, famosa localidad por su queso y porque se celebran varias de las más importantes ferias ganaderas de Galicia.

El peregrino se enfrenta a una sucesión de cuestas arriba y abajo que pueden llegar a ser bastante duras. Los caminos son buenos y Galicia ofrece al peregrino todos sus encantos con sus inconfundibles bosques, riachuelos que se entrecruzan y encantadores pueblos.

Etapa Arzúa – Santiago de Compostela

El Pórtico de la Gloria del Maestro Mateo, el abrazo al Santo, la Puerta Santa y el botafumeiro para purificar y disolver los olores de nuestro maltrecho cuerpo, pero antes hay que salir de Arzúa y pasar por Brea, Calzada, Rúa y Calle, todos significando lo mismo: Camino. Luego llega Ferreiros, Santa Irene, Arca do Pino, Amenal, San Paio y Lavacolla.

Desde lo alto del Monte do Gozo los caminantes medievales veían por primera vez la ciudad santa. Hoy el Monte do Gozo es un gran centro de acogida de peregrinos, turistas y viajes de estudio. Un bosque de eucaliptos nos deja en una urbanización de las afueras, todavía queda una hora, la última para entrar en la plaza del Obradoiro y admirar y sentir la catedral de Santiago de Compostela.

El itinerario puede dividirse en dos partes diferenciadas. Una primera que alcanza hasta el aeropuerto (los primeros 24 kilómetros) y que cuenta con los encantos de los bosques de eucaliptos y roble…etc. Y una segunda en la que se pierde bastante belleza entrando en las afueras de Santiago.

Credenciales del Camino de Santiago

La Credencial, la Compostela y el Diploma

La credencial – Es una especie de pasaporte que te acredita como peregrino, y da fe de los sitios por los que has pasado; hay que sellarla al menos una vez al día, (dos veces diarias en el tramo gallego). Se puede sellar en cualquier organismo que te encuentres, por ejemplo: iglesias, albergues, ayuntamientos, policía, guardia civil, etc.

Las credenciales son requisito imprescindible para que en Santiago te den la Compostela o el Diploma.

La credencial también nos va a servir como una especie de diario y recuerdo de tantas vivencias.

Diploma la compostela del Camino de Santiago

La Compostela – Es un diploma que se expide en Santiago como reconocimiento de tu peregrinación por métodos tradicionales y por motivos religioso (también se entiende como motivo religioso el acercamiento, no hace falta ser creyente).

Es requisito presentar la credencial debidamente sellada al menos una vez al día, (dos veces diarias en el tramo gallego), y haber recorrido por lo menos: los 100 últimos Km., si se hacen a pie ó a caballo, y 200 km, si se hacen en bicicleta.

El diploma – Es igual que la Compostela, pero acredita que has realizado la peregrinación a Santiago de Compostela por motivos no religiosos. Para que te lo den, los requisitos son los mismos que para la Compostela: basta con que hayas recorrido un mínimo de 100 km a pie y que lo demuestres con la credencial.